10.26.2011

Discutir es lo tuyo...

Tal vez es la tercera o cuarta ocasión que lo llamo por tu nombre...lo que me causa una curiosidad inexplicable es que ni siquiera te pienso, ni siquiera te extraño, ni siquiera hay algo contigo. Te metes en mis pláticas de la nada y mi reacción inmediata es negarlo todo, pero ya es demasiado tarde, ya me escuchó, ya la cagué... Hoy fue el primer día que traté de buscarle una explicación -los demás no le daba importancia- y lo único que puedo pensar es que me acostumbré tanto a discutir contigo que ahora inconscientemente te meto en ese tipo de acciones. Después de todo a lo mejor para algo fuiste bueno y ahora te vuelves inolvidable: para discutir.
Hace unos días por confusión pensé haber extraviado uno de los regalos que me hiciste y el cual cargo a diario. Entre andar buscándolo y tratar de recordar cuando había sido la última vez que lo noté o sentí traer puesto en mí, empecé a sentir una sensación de vacío y de extrañarte. Últimamente me encuentro con situaciones o recuerdos que me hacen extrañarte, pero no siento desearte, quererte, mucho menos amarte. No entiendo, tal vez es la necesidad de saber que estés bien. Aunque pensándolo bien, cómo en alguna ocasión me lo dijiste: "Eso a mí ya no me quedaba investigar", en pocas palabras pues que me importa ¿no?...